Una vez transcurrido el verano, ni muy bien ni muy mal todo hay que decirlo; hay que empezar de nuevo con el horario escolar. Es decir, se acabó eso de salir a las 2 de la tarde; claro ... ahora me lo explico, nuestra queridísima empresa no consiguirá levantar cabeza con unos maleantes como nosotros.
Bueno como digo yo siempre, EHTO E LO QUE HAY!!!
Así que una vez que nos hemos tenido que poner las pilas con el horario infernal, nos hemos encontrado con que todavía es peor el polígono en el otoño (ni me lo quiero imaginar como será en el invierno). Yo pensaba que eso del olor a pescado podrido (recordemos hay unos cuantos cocederos de marisco por los alrededores) iba a ser peor con el calor, pero que va, cuan equivocada estaba. Resulta, que con esto de las navidades deben de estar trabajando a destajo congelando mariscos, así que el olor es todavía más insoportable
Eso no es todo, los poligoneros se van fijando que a una hora determinada salimos TODAS (sí en la empresa solo hay 3 tios contra ... yo que sé cuantas tías), así que se dedican a pasar con los coches una y otra vez por la parada del autobús, y venga a pitar, y venga a mirar... a ese paso vamos a ser las causantes de provocar accidentes y todo.
La parada del autobús ha desaparecido (quién se la ha llevado, ah ...) y estate tu esperando unos 15 minutos a que pase el autobús de noche y con el paroma anteriormente descrito.
Aparte del bonito lugar donde trabajamos, llegó el trabajo. Es decir, todo lo que no he hecho durante el verano, es decir, NADA, ha venido multiplicado y no el doble sino el triple.
CONCLUSIÓN: a la Majo le da un telele y tiene un cuadro de estrés maniaco depresivo. Venga pastis pal body y a descansar. Nada de trabajo, nada que le recuerde al trabajo y nada de hablar del trabajo. Asín que ahora mismo estoy recibiendo mimos de mis progenitores, todo ello recetado por mi doctor ("el drogas" o el "te voy hacer una analítica de sangre")
Bienvenidos al Otoño
¿Dejaré de comer marisco estas navidades porque me recuerde el olor al trabajo? Si es así, seguro que mi querido doctor me lo quitaba de la dieta. Sniff, sniff
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